Antes de empezar, creo que es importante que me refiera a un asunto puntual: yo ODIO las dos primeras cintas de la nueva versión de VIAJE A LAS ESTRELLAS.

Odio el nuevo universo alternativo que han creado, odio que la película del 2009 se haya dedicado casi exclusivamente a justificar la existencia de dicho universo; odio que hayan transformado a Kirk en un cabrón; odio la trama pseudo-conspirativa de INTO DARKNESS y la forma en que hizo un copy-paste de LA IRA DE KHAN (1982); odio que el Enterprise se vea como una tienda de Apple; odio que ambas cintas hayan abandonado los dilemas morales sobre la condición humana que definieron el estilo narrativo de esta franquicia por más de cuatro décadas; y estoy absolutamente harto de J.J. Abrams (director de ambas cintas) y su maldita “caja misteriosa”.

Señalo estas impresiones para que entiendan una cosa: yo fui a ver VIAJE A LAS ESTRELLAS: SIN LÍMITES con absoluto desinterés y con expectativas muy bajas…

…sólo para quedar perplejo por la placentera sorpresa que fue ver esta película. Honestamente, lo que tenemos aquí no sólo es una mejora sustancial respecto a sus dos predecesoras, sino que una de las mejores cintas del “verano gringo”; eso sin contar que también es una excelente película de VIAJE A LAS ESTRELLAS en sus propios términos, equiparable en calidad con EL VIAJE A CASA (1986) y PRIMER CONTACTO (1996); lo que es decir, una entrega genial dentro de la saga, mas no un clásico.

Comenzando con un primer acto bastante comedido y centrado en la interacción y dinámica de personajes y no tanto en el espectáculo visual, uno se da cuenta como la mayoría de la basura que ahogaba las primeras películas de este universo alternativo sale volando por la ventana con SIN LÍMITES. Aquí no hay más conspiraciones estúpidas, la fotografía es muchísimo mejor y la estética del filme es más colorida y vibrante, casi como una versión “modernizada” del estilo retro pop que caracterizaba a la serie original.

En efecto, esta película no sólo captura bien los aspectos visuales del VIAJE A LAS ESTRELLAS de los sesenta, sino que también ofrece algo que siempre quise ver, pero que era imposible de presentar en las series y películas previas: la concreción visual a gran escala del optimismo aventurero, imaginativo y cuasi-utópico de Gene Roddenberry. SIN LÍMITES se siente en todo sentido como aquellos shows de ciencia ficción producidos a la mitad de la Carrera Espacial, con todo ese reconocible sentido de maravilla y sobrecogimiento ante un universo repleto de posibilidades y riesgos; claro está, ahora liberado de las limitaciones visuales derivadas de los bajos recursos de producción y los escenarios baratos que definieron las aventuras originales de Kirk y compañía.

Lo mejor es que estas decisiones estéticas no fueron tomadas por puro espectáculo. Verán, la película sabiamente utiliza todo su primer acto no sólo para que reencontrarnos con los personajes, sino que también ofrece una generosa atención visual y narrativa a tanto el Enterprise como la Yorktown – una recién construida estación espacial ubicada dentro del espacio inexplorado, más allá de las fronteras de la Federación. Mediante un diseño visual bastante inspirador, ambos escenarios son convertidos en monumentos al progreso tecnológico, la diversidad social, y la fusión entre progreso científico, cosmopolitismo y liberación social humanista; haciendo de ambas estructuras una materialización la idea de un futuro mejor que constituía el núcleo filosófico de esta obra hasta hace unos años.

El planteamiento visual y narrativo de esta idea es tan sólido que una vez que Idris Elba aparece como el villano – Krall – la transición del drama a la acción es totalmente lógica y fluida: el plan malvado implica destruir estos símbolos y a la gente que les da sentido; y así de fácil, el público queda complemente compenetrado con la historia.

¿La trama? Resulta que Krall anda buscando un super-arma (convenientemente bajo custodia de nuestros héroes), con la cual piensa destruir a la Federación. Para ello, él convence a la tripulación del Enterprise para que lleven su nave a un planeta alejado, aislado del contacto radial con la Yorktown y bajo su control. Tras el ataque, el Enterprise queda destruido y la tripulación que logró evacuar la nave termina separada en diferentes partes del planeta, con la obligación de reunirse para encontrar la manera de acabar con el villano.

Temáticamente, el plan de Krall refleja el conflicto entre el ideal de la Federación de un futuro racial y sexualmente diverso en el que el poder proviene de la unidad política y el uso de la diplomacia como la herramienta de interacción social por excelencia; y la tesis de una ciencia ficción centrada en cuerpos políticos altamente militarizados, machistas y donde la conquista y el imperio constituye la única forma de hacer política; todo lo cual es enarbolado por el personaje de Krall, quien (como es la costumbre en estas películas) tiene un secreto bastante fácil de deducir.

Puesto de otro modo, SIN LÍMITES es VIAJE A LAS ESTRELLAS en su fórmula más predecible: villano malvado, MacGuffin, arma del Día del Juicio Final, plan para destruir a la Federación, y ¡acción! Quizás la única diferencia narrativa con otras cintas es que el tipo malo no anda en una gigantesca nave, sino que controla varios millares de naves pequeñitas.

Aunque yo siempre critico cuando los escritores apuestan a lo convencional, aquí debo hacer una excepción porque, incluso con la reiteración de temáticas y decisiones narrativas de la franquicia desde LA IRA DE KHAN, SIN LÍMITES funciona bastante bien. La razón es que el guión faculta al director Justin Lin a hacer lo que él hace mejor: usar grandes escenas de acción como vitrina para una cuidadosa dinámica de personajes. Los escritores Simon Pegg y Doug Jung, siguiendo la pauta de las mejores cintas de la saga, han logrado entender bien que la trama de las películas de VIAJE A LAS ESTRELLAS funciona mejor cuando la atención se centra en la totalidad del elenco, y no tanto en el viaje individual de Kirk. El resultado es que tenemos la primera película de la saga en un buen rato que realmente se siente que trata sobre toda la tripulación, tanto en un sentido literal como temático. Todos y cada uno de los personajes están en iguales condiciones y la variedad de sub-tramas en juego hace que la historia se sienta expansiva, a pesar de que realmente es comedida y toda la acción sucede en el mismo lugar.

Obviamente, SIN LÍMITES no es una película perfecta. El ritmo narrativo es un tanto acelerado para mi gusto, hay más de una escena que ocupaba de mayor tejido conectivo para solidificar la idea de fondo, y, si bien Lin hace un trabajo fantástico de cámaras para producir escenas inventivas alrededor de la idea de ambientes con gravedad artificial, hay momentos en que uno nada más quisiera una toma más tradicional. Además, uno tampoco puede obviar la sensación de que la película ha sido editada desde una versión más larga que quizás pudo haber sido aún más rica en contenido y desarrollo de personajes.

Con eso dicho, el punto más débil quizás sea (otra vez) el villano. Aunque este no es un problema nuevo para la mayoría de las cintas de VIAJE A LAS ESTRELLAS, se ha hecho más visible después del “reinicio de la saga”, probablemente a medida que la franquicia se ha movido más hacia el lucrativo espacio de la acción/aventura, abandonado (al menos parcialmente), sus raíces en la ciencia ficción. Verán, mientras las viejas versiones de VIAJE A LAS ESTRELLAS utilizaban el espacio inexplorado y peligroso de la “frontera” como un contexto para desarrollar problemas morales sobre el dogmatismo, el intervencionismo militar, colonialismo y autodeterminación, guerra y paz, ambientalismo y racismo (en reflejo de la realidad política más amplía en que se filmaron las series); la nueva versión de la franquicia pareciera más contenta enfocándose exclusivamente en el espectáculo visual que dicho contexto ofrece.

La calidad narrativa del villano quizás sea la primera víctima de este cambio, a medida que su impacto en la trama no depende de su carisma, su posicionamiento político o de su correspondencia temática con la trama, sino que de cuán espectacularmente grande y poderosa sea su nave. SIN LÍMITES no es una excepción a este problema. Krall es un villano genérico, vacuo de personalidad y carente de motivaciones claras y de una mejor caracterización dramática. Eso sin contar que, tal y como ha sucedido en cintas previas de la franquicia con otros formidables actores, los cineastas deciden poner a Elba bajo una tonelada de maquillaje, al punto de hacerlo ver irreconocible e incapaz de expresar su carisma natural.

Todo lo cual es lamentable porque la trama sí se prestaba para contar con un villano que sirviera para poner en debate los alcances pseudo-colonialistas que subyacen al discurso de la Federación como una organización política que aparentemente labora sin oposición política interna, a pesar de que presume al espacio profundo como una frontera que demanda ser “explorada (y colonizada)” y que, con ese propósito, dispone de una poderosa armada bajo la misión de “viajar donde ningún hombre ha llegado antes”. De pronto, la exploración de un villano que cuestionara alguno de estos viejos y canonizados preceptos de la serie pudo haber servido como una interesante introspección y adaptación de la franquicia a un mundo en que se cuestiona abiertamente el “optimismo desarrollista” de los 1960 o el “multiculturalismo neoliberal” de los 1990, ideas preponderantes en las tres mejores versiones de las series de televisión.

star-trek-beyond-5Pero, habiendo señalado estos problemas, debo insistir que SIN LÍMITES es una buena película. El elenco tiene un desempeño espectacular como siempre, la película está repleta de personajes muy entretenidos, un diálogo bien logrado y algunas de las mejores escenas de acción del año. VIAJE A LAS ESTRELLAS: SIN LÍMITES es, sin duda una agradable sorpresa para una deprimente temporada de películas taquilleras. En síntesis, esta película merece de su tiempo y yo la recomiendo.

¡Larga vida y prosperidad!

7/10 – BUENA

DIRECTOR: Justin Lin. GUIÓN: Simon Pegg y Doug Jung. FOTOGRAFÍA: Stephen F. Windon. EDICIÓN: Greg D’Auria, Dylan Highsmith, Kelly Matsumoto y Steven Sprung. ELENCO: Chris Pine, Zachary Quinto, Karl Urban, Anton Yelchin, Zoe Saldana, Simon Pegg, John Cho, Idris Elba y Sofia Boutella. DISTRIBUCIÓN: Paramount Pictures. PAÍS: Estados Unidos. DURACIÓN: 122 minutos.