Los últimos años no han sido muy amables con el director Ridley Scott. Tras una hilera de filmes regulares de poca trascendencia como A Good Year (2006), The Counselor (2013) y Body of Lies (2008); y claros y definitivos fracasos artísticos y de taquillas como Prometheus (2012), Robin Hood (2013) y, quizás más evidentemente, Exodo: Dioses y Reyes (2014), hacía que muchos pensaran que el maestro Scott ya no era capaz de producir los éxitos que marcaron tanto el inicio (Alien, Blade Runner, Legend) como la mitad de su larga carrera (Gladiador, Kingdom of Heaven). Con Misión Rescate (titulada The Martian en inglés), Scott hace una afronta a sus críticos, obligándolos a comerse sus palabras y marcando su dominancia sobre el mundo del cine. Tras ver esta cinta, no me cabe duda, este director todavía es capaz de hacer filmes fantásticos.

La premisa de Misión Rescate es muy sencilla, pero es ejecutada de un modo impecable. Una tormenta golpea el campamento de una misión terrícola en Marte, forzando a la tripulación a escapar rápidamente del planeta. Durante la evacuación, uno de los astronautas – Mark Watney (Matt Damon) – es golpeado por escombros producidos por la tormenta, desaparece en medio del desastre y su tripulación lo presume muerto. Al día siguiente, él se despierta abandonado, sin los medios que le permitan escapar, sin forma de comunicarse con NASA, y enfrentando la realidad de que no tendrá suficiente comida para sobrevivir hasta la llegada de una misión de rescate. Después de pasar un día entero confrontando la inevitabilidad de su muerte en estas condiciones, Watney toma la decisión de no morir en Marte y hace todo lo posible para sobrevivir hasta que llegue la ayuda. Así las cosas, Misión Rescate usa un estilo narrativo procedimental y lineal – muy similar al de otras películas altamente realistas sobre desastres espaciales (e.g.: Apollo 13, Gravity, etc.), careciendo de subtramas relevantes que constituyan digresiones del relato central.

Este filme es una carta de amor a la idea misma del descubrimiento científico, el ingenio humano y la noción de que cualquier problema puede ser resuelto con una combinación de trabajo, paciencia e inteligencia. De manera que, a diferencia de otras historias sobre Marte, que enfatizan los elementos más fantásticos del viaje interplanetario, Misión Rescate está decidida a ser un abordaje centrado en ciencia ficción dura. Aparte de una conclusión ‘muy a la Hollywood’ (y que me resultó extrañamente parecida a la de Red Planet), este filme no se centra en las escenas de acción o los efectos especiales. Más bien es la historia de un tipo muy inteligente que debe encontrar la forma de sobrevivir en un planeta inhabitable; así como la de un grupo de gente inteligente en La Tierra tratando de rescatarlo usando ciencia creíble para resolver los problemas. Ese es el éxito de la cinta… que se mantiene como un tenso y emocionante drama  de personajes, a pesar de que una fracción considerable del diálogo incluye discurso científico pesado, que a cualquier miembro de la audiencia podría sonarle como ‘tecnoparla’.

Esto es testamento del buen trabajo de adaptación de Drew Goddard (y Matt Damon) de la novela original de Andy Weir. Si hay algo que me ha quedado claro de las películas previas de Scott es que éste es un cineasta que necesita de un buen guión para operar, y en ese sentido, Goddard se convierte aquí en un excelente colaborador. Aparte de esto, no se puede desdeñar el trabajo de Arthur Max (diseñador de producción) y Dariusz Wolski (director de fotografía) para crear un Marte que se siente vívido y auténtico, sin abandonar la calidad cinematográfica que ya es legendaria en el trabajo de este director. Si bien los efectos especiales son copiosos, también son ejecutados sin fallas, sin ser más llamativos que el relato. Balance perfecto: una historia con buen énfasis en los personajes en donde los efectos están al servicio de la trama y no al revés.

Quizás lo más importante aquí es que la discusión científica no se le atraviesa a la historia humana que se busca relatar. Casi toda escena tiene algo que decir sobre la condición humana. Una parte considerable del filme consiste en ver a Damon hablando consigo mismo o con su bitácora de vídeo, proveyendo considerable (pero interesante) exposición al tiempo que abre una ventana a su modo de pensar y a sus dilemas personales. El resto consiste en ver la dinámica entre las personalidades de los técnicos y los políticos que buscan resolver la situación de Watney. Quizás sea por el escenario, y por el hecho de que ambas cintas comparten dos actores, pero Misión Rescate me recordó a Interestelar (2014), una película también hecha con gran perspicacia técnica, pero que falló rotundamente a la hora de entender la naturaleza y las emociones humanas. Misión Rescate tiene percepciones más genuinas sobre la condición humana en los primeros quince minutos de proyección que en las casi tres horas de Interestelar. Uno siente el corazón de la cinta desplegándose de forma orgánica, desde el principio y hasta el final, todo ello sin un discurso fuera de lugar sobre el poder del amor.

En gran medida, esto es resultado del sentido de humor de la cinta y cómo sus personajes – aunque enfocados en la misión – no pierden de vista sus personalidades y su celebración del viaje espacial, incluso en vista del peor escenario posible. Gran parte de esto depende del carisma de Matt Damon. Él logra hacer bien todo lo que le faltó a Sandra Bullock en Gravity (y que, de paso, hizo tan difíciles las escenas más calmadas de esa cinta), presentándonos a un personaje tremendamente humano y enormemente optimista, a pesar de lo imponente de su problema. Más allá de eso, ésta es una actitud presente en todo el elenco. Los compañeros astronautas de Watney aparecen en escena por menos de media hora, pero incluso así se nos presentan como individuos con personalidades totalmente distintivas y relacionables. En particular, Jeff Daniels (como el presidente de NASA) y Kristen Wiig (como la relacionista pública de NASA) logran ejecutar bien sus muy difíciles roles, evitando presentarse a la audiencia como villanos en su intento de salvar a la institución a los ojos públicos mientras tratan de rescatar a este astronauta. Sin duda, hasta los personajes con los roles más insignificantes en La Tierra tienen su momento de profundidad que le permite a uno recordar quiénes son y saber qué están pensando en ese preciso momento. Este elenco, de paso, incluye a actores y actrices de la calidad de Chiwetel Ejiofor, Jessica Chastain, Michael Peña, Kate Mara, Sean Bean (quien, de paso, no muere en esta película), Benedict Wong y Donald Glover. Eso es un montón de personajes que deben balancearse entre sí a la hora de montar el relato, y la película logra hacer esto magistralmente.

Curiosamente, aunque Misión Rescate pareciera una compleja mezcla entre un montón de películas de ciencia ficción y otros géneros, termina siendo un crisol único, perfectamente balanceado y grandiosamente realizado. No sólo es mejor que Interestelar (2014), Gravity (2013) y Moon (2009), yo diría que se siente como Interestelar, combinada con Moon, y bien condimentada con pedacitos de Naúfrago (2000), claro está siendo mejor que esas tres películas. Además, tal y como Gravity, también es una prueba clara de que Hollywood puede hacer películas destinada a recoger grandes taquillas, pero sin hacerlas decerebradas (en otras palabras, todo lo que Tomorrowland quería ser, pero nunca fue). Se trata de un filme fantástico sobre la optimista promesa intrínseca en el conocimiento científico y el ingenio humano, pero empacado en un relato emocionante, perspicaz y sorprendentemente gracioso. Misión Rescate es la materialización del potencial artístico del maestro Scott, la razón por la cual debemos esperar más éxitos en su futuro y, sin duda, una entrega que será fuerte contendiente para las mejores diez películas del año.

9/10 – Excelente

Dirección: Ridley Scott. Guión: Drew Goddard (basada en The Martian, de Andy Weir). Fotografía: Dariusz Wolski. Edición: Pietro Scalia. Actuación: Matt Damon, Jessica Chastain, Kristen Wiig, Jeff Daniels, Michael Peña, Kate Mara, Sean Bean, Sebastian Stan, Saksel Hennie, Chiwetel Ejiofor, Benedict Wong y Donald Glover. Distribución: 20th Century Fox. País: Estados Unidos. Duración: 141 minutos.